Juan Mohedano construye con su pregón el pórtico de la Semana Santa 2009


* Entre aroma a incienso y las notas de saetas, Juan Mohedano (Director de Radio Luna) construía el pasado sábado, día 28 de marzo, el pórtico de nuestra Semana Santa con el pregón que realizó, a partir de las 21 horas, en la Iglesia de Las Obreras. Y lo hizo basándose en los recuerdos de infancia y juventud que sobre esta festividad religiosa guarda en su mente y en su corazón.
* Así, este jarote, que fue definido como “la voz de Villanueva”, hizo con sus palabras que los presentes pasearan entre los Santos Oficios, las tradiciones antiguas de vestir de luto en la procesión del Santo Entierro o los ya extinguidos marmotos. Un recorrido que continuó a través las diversas estaciones de penitencia y de todas y cada una de las diferentes Hermandades jarotas que dan lugar a una Semana Santa que se caracteriza por “la escenificación cronológica de la vida, muerte y resurrección de Cristo”.
* En su pregón no faltó el recuerdo de personas que ejercieron un papel importante en esta celebración como los sacerdotes Pedro Zamorano o Rafael Gutiérrez que fueron el origen de varias cofradías. Igualmente, y de manera especialmente emotiva, se hizo presente la figura de Piedad, antigua capataz de costaleras recientemente fallecida, a la que el Coro Romero Nuestra Señora de Luna, al que ella perteneció, le realizó un sentido homenaje a través de la dulzura de sus voces.
* Esta agrupación musical, dirigida por Pelagio Sánchez, no fue la única que puso melodía al pregón de Mohedano pues también se contó con la presencia del maestro Cayetano Gómez que, como no podía ser de otra manera, interpretó esa pieza imprescindible el Jueves Santo cuando “a las doce de la noche, desde la oscuridad de las alturas, suena El Silencio”. Pieza ésta que cerraría posteriormente el evento al ser interpretada nuevamente, en este caso por el joven Avelino de 10 años.
* Emoción, sentimiento, nostalgia y positividad fueron las sensaciones que Juan Mohedano supo transmitir con su oratoria a los presentes quienes le correspondieron con aplausos llenos de cariño y admiración.